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Se cuenta, se dice y se rumora, que se deben de dormir ocho horas diarias (de acuerdo a n-miles estudios al respecto). De igual manera se dice, se cuenta y se rumora, que debemos de trabajar ocho horas diarias (o eso fue lo que muchas personitas pelearon).

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Este punto es interesante, porque la legislación Europea señala que se deben de tener cuatro semanas de vacaciones al año (al contrario de los seis días que gustosamente, con mucho esfuerzo y sacrificio nos regalan las empresas mexicanas. Y sólo después de cumplir un año). Considerando así ocho horas diarias de trabajo (Alemania está por debajo de las 40 semanales, con 37.6).

Claro, yo sé, „¿Qué te quejas?. Los viernes sales a las 3 pm“. Haciendo cuentas, llego 7 am y salgo 4 pm, siendo así nueve horas de trabajo. Restando una hora de comida, son las ocho regalmentarias. Así que al final de la semana, gustosamente me están regalando una hora de trabajo (salgo a las 3, cuando debería de salir a las 4). Eso en el supuesto de que por alguna extraña razón no salga más tarde (cuatro o algo así).

Si tomamos en consideración que se trabajaran todos los viernes, son 52 semanas al año, siendo así 52 horas que me regalan. Un total de dos días y cuatro horas. Así que en vez de darme 28 días de vacaciones al año, me dan ocho días y cuatro horas. ¡Yeiiii!.

Por otro lado si consideramos los días que nos dan cuando no „deberían“, pues aún así (creo) no juntan la cuota. Y aún cuando la juntaran, no es lo mismo descansar 5 días seguidos, a que te „regalen“ un lunes.

Así que teóricamente, para „compensar“ los 22 días de vacaciones que „no“ nos dan, serían en total 22*8=176 horas de no-trabajo. Si lo dividimos en 52 semanas, son 3 horas cada viernes y me sobrarían aún 20. Siendo entonces, que llegando a las 7 am, podría irme durante todo el año los viernes a las 12 (de manera reglamentaria, mínimo). Si le restamos la hora de comida que se toma en consideración arriba, es decir, sin salir a comer, podría uno irse a las 11 am.

Si adicionalmente juntamos los seis días de vacaciones (144 horas) con las 20 horas que nos sobraron, serían 164. Serían tres horas cada semana y sobrarían aún ocho horas. En conclusión, podría irme a las 8 am.

Me tardaría más en prender la compu, abrir los programas, y empacar, que lo que en verdad trabajaría.

La conclusión al problema es tener cuatro semanas de vacaciones o no venir los viernes.

Pero naturalmente esto no es Europa (ese tipo de respuestas siempre son tan chafas como el „Si tanto te molesta vete a Europa“). En fin. De acuerdo a las exigencias locales del país, la empresa por contrato „regala“ cuatro horas los viernes. Así que si mi horario oficial es de 7 am a 4 pm, lo correcto sería mover esas horas de „regalo“, entrando a las 7 am y saliendo entonces a las 12pm. Pero como el horario 7-16 incluye una hora de comida, si se la restamos, el horario de viernes correcto y „oficial“ es de 7 a 11 am.

Aunque cuatro horas son pocas, pues al final son „suficientes“ para justificar el venir.

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Por lo tanto de 24 horas que tiene el dia, sólo nos sobran ocho. Las cuales deberíamos de poder utilizar en diversas actividades de gusto personal. Ver televisión, jugar algún videojuego, leer algún libro, picarse el ojo, salir a degustar alimentos con algún elemento del género humano.

En este caso, en esas ocho horas diarias debemos de incluir el ejercitamiento físico (1:30 hrs), el ejercitamiento intelectual (Maestría, 3:00 hrs), comida (1:00 hr), desayuno/cena (1:00), restando así tiempo para el ocio (1:30).

Como naturalmente éste tiempo no es suficiente (tan solo por los tiempos de transporte), el tiempo de sueño se reduce a seis horas, dejando así 4:30 para las diversas actividades de ocio y transporte. Que si se resta el transporte (1:30) nos sobran cuantiosas horas para tareas (1:30) y ocio (1:30).

Obviamente es un hecho idílico que en el inter de las situaciones no haya modificaciones positivas o negativas que afecten los horarios. Sin embargo el punto no es decir „A la una me siento a comer y no me importa el edificio esté en llamas“, sino una intención de equilibrio, de delimitación de las actividades que se deben llevar a cabo, de las situaciones que se deben de cumplir pues se ha establecido un compromiso para ellas. Tal vez hoy no tenga tarea, por lo que se puede tener más tiempo de ocio, o se puede invertir en transporte, etc.

La fase primordial de esta conceptualización, es la obligación a establecer las metas diarias para cumplirlas. A pesar de la flojera, los percances que puedan acontecer en el desarrollo de la situación, y demás situaciones imposibles de predecir o contemplar de antemano.

Es por ello que establecer qué se debe de hacer diariamente es tan importante.