El existencialismo es un humanismo inhumano

Bueno, pues llevo como treinta minutos con el título abierto, todo porque me faltaban dos canciones de Elodia. Pero ya con mi incienso de canelita, R y Lacrimosa de fondo, me siento tranquilo y completo para comenzar mi disertación sobre mis audifonos.

¿WTF? ¿Sobre mis audífonos? ¿Y el título qué?. Bueno, pues primero un poco de background. Hace unos días, para ser exacto el 17 de diciembre, hubo la fiesta anual de fin de año de Expansión (les recuerdo que hace unos meses entré ahí a trabajar). Y al principio estaba cutie, tranquila sin mucho, un par de cervezas, después unos tequilas y de repente me llegó el chisme de que habia whisky (aka whiskas) y para mi sorpresa cuando acudo a la barra era Chivas (aka chivatito), entonces me tomé unos whiskas un ratón, Hasta que empezó a decaer un poquitín la fiesta por eso de la hora de la comida (la gente haciendo filas infinitas en los respectivos lugares), cuando sacaron un Jack Daniel’s de por ahí que tenian guardado unos compañeros.

El punto es que subió un poco la fiesta y ya por ahí de las seis de la tarde, como prometido, nos llevaron a un área rediseñada, para el momento (el comedor), como un antro. Una alfombra roja, mesas y sillas altas y en el área de cobro y eso estaba la consola para el concurso de DJ’s y posteriormente el DJ “oficial”. Y es aquí cuando comenzó la decadencia.

Por principio de cuentas lo dejaré en claro. Odio beber y no poder embriagarme. Hay cierto límite en mi pensamiento cuando se convierte una bebedera de gusto y una ebria. En ese momento ya no era bebedera de gusto, sino una ebria, yo quería beber hasta volarme, como de costumbre. No tenía ningún conocido para hacerlo. Mis compañeros de trabajo estaban en su rollo. Y lo más importante no es que no pudiera, no quería ponerme como de costumbre, para evitar conflictos existencialistas de bebedera social.

Entonces estaba en un estado bastante impaciente. Para contrarestar esto me dediqué a comer papitas y vagar por el lugar. La música era Pésima. Mucha gente emocionada porque era algún conocido, otra gente emocionada porque era fiesta, etc. Para mi gusto fue, precisamente eso, IR a un Antro! Y saben lo que opino de los antros.

La música era… como de antro, fuerte, por lo tanto platicar estaba tachado de la lista, el alcohol no era caro (todo fue de a grapa), pero no quería embriagarme, y obvio, no baile (no estaba tan ebrio al menos), entonces de nuevo volvemos al punto de… Fue una ida al antro, cero alcohol, cero plática, cero baile. Así que decidí llamar a mi casa y solicitar que me recogieran (trato para evitar alcoholimetros). Pues para no variar a las 7-8 de la noche el fucking periférico es un caos. Así que llegaron por mí entre 9:30 y 10 pm.

Ahora, aquí viene el problema del asunto. En mi odio social y mi estremecimiento neuronal, decidí ponerme mis audífonos, poner música y olvidarme del mundo. Estuve un rato afuera del “antro”, después un rato sentado viendo al vacío disque viendo a la gente, pero cuando ya me veían feo, así tipo “¿Y este ebrio qué?”, tuve que verme en la necesidad de deambular por el recinto viendo a la nada. Caminando como Zombie, concentrandome en la música y deseando el martirio acabara.

Evidentemente ¿qué puede uno pensar si ves un chavo caminando con sus audífonos?, pues que tiene problemas de la cabeza. Y pues en una de mis rondas me preguntaron:

¿Qué onda contigo y los audífonos?

Lo cual recibió una respuesta sencilla (estaba en un grupito de dos chavas y dos chavos (uno de ellos mi jefe).

Estoy obligado a convivir, pero ya me aburrió todo y no me puedo ir. De todos modos ni platicar podemos, no bailo. Mejor escucho mi música y calmo a la fiera.

Es interesante este pensamiento, al menos para mí, porque recordando las palabras de un compañero de la universidad me dijo:

¿Sabes? Una vez pregunté por x cosa y me dijeron que te preguntara a tí, pero como no te conocía me dijeron que eras el que siempre traía sus audífonos.

Y por último las palabras de un profesor:

¿Te gusta tú música verdad? Siempre te veo con tus audífonos.

Y entonces me quedo pensando. Mis dudas existencialistas son… Mías únicamente, las comparto algunas en un Blog, porque es catártico, pero nada más.

Sartre en su famoso libro *El ser y la nada* habló de un sin fin de cosas, que después tuvo que sacar *El existencialismo es un humanismo*, una cátedra que dió respecto a su libro. Y para efectos de este texto consideraremos el existencialismo como la crísis de la duda sobre la propia existencia. Y además tomaremos prestado el título de Sartre. Los fusionaremos y de ahí obtenemos nuestro título que a continuación explicaré.

Hay momentos en que me vuelo, me enojo, estoy deprimido emo, estoy en un estado de existencialismo, no se que onda con mi vida, con mí rumbo, con mí pasado ni mi presente. Hay veces que estoy tan *feliz* que me frustro y me deprimo *existencialisticamente* hablando (hehehe). Es como un cocktail hormonal entre un chavito adolescente y una chavita en su periodo.

Entonces yo me pregunto, ¿por qué si el existencialismo es parte humana, cuando uno lo expresa lo tratan inhumanamente?.

Está bien que twittees que estás triste, pero está mal salir a la calle e ignorar al mundo. Está bien que sientas que no perteneces a este plano espacial, pero está mal que lo expreses. Está bien que tengas dudas existencialistas, pero está mal que en mí fiesta traigas tus audífonos, solo porque ya te hartaste y no te puedes ir.

Pongamos la situación más terrenal, si voy a una fiesta, me aburro, me quiero ir, no quiero convivir con nadie, no tengo ganas de beber más, no tengo ganas de nada y me voy a un rincón a esperar y me pongo mis audífonos que soy entonces? Un aburrido? No, un antisocial, hereje, bastardo. ¿Cómo me atrevo a meterme en mí mundo cuando estoy en el suyo?. Debo de permanecer donde la sociedad diga.

Pues yo digo NO y Basta! No tengo que vivir en tu mundo. No tengo que vivir tus estupideces. Yo puedo y quiero vivir en MI mundo, Take it or Leave it. Si no te gusta vete tú, no yo. Si no me aceptas jodete tú, no yo. Si no te parece, te friegas tu, no yo. ¿Me fastidia el mundo y que?

Yo quiero vivir en el mío, no en el tuyo, visítame cuando aceptes mi mundo, sino… Aléjate.